La Cámara de Apelaciones, representada por la jueza Carina Lurati, dejó firme la prisión preventiva del único acusado por el crimen de la militante social Mercedes Delgado. La decisión de la magistrada fue contundente luego que en la audiencia pública los abogados defensores de Héctor Daniel Riquelme buscaran fundamentar las razones de la apelación con argumentos muy poco claros.
La defensa, a cargo de los doctores José Ferrara y Rodrigo Mazuchini, había presentado un escrito de tres fojas manifestando una errónea clasificación legal de la causa, donde introducían que el accionar de Riquelme “se da en un contexto de legítima defensa o exceso de legítima defensa”. “Son los hermanos Piedrabuena y Ferriol quienes atacan la casa de la familia Riquelme” planteó Mazuchini, para justificar la reacción de Riquelme que derivó en el asesinato de Mecha.
En diciembre del año pasado, la jueza de Instrucción 15º, Patricia Bilotta procesó a Riquelme por los delitos de homicidio agravado por uso de arma de fuego y tentativa de homicidio agravado por uso de arma de fuego, y participación de un menor de edad.
El planteo de la defensa fue respondido por el representante del Ministerio Público Guillermo Camporini, quien expuso que “no se da en este caso esa legítima defensa o un exceso de tal. Al descartarse esto, resulta adecuada la prisión preventiva dispuesta”.
El fiscal se refirió a los hechos en base a testimonios de testigos de la causa: “No está claro quién inicia el tiroteo, pero cuando David Ferriol se retiraba, es Daniel Riquelme el que lo persigue y comienza a disparar, y uno de esos disparos mata a Mercedes. Se puede discutir quién comenzó, pero el tiroteo terminó y Riquelme la continuó. No se puede discutir el exceso de legítima defensa, porque aquí no se da en esos términos”, planteó Camporini. Además, agregó que “el resultado muerte se produce, aca hay un dolo, como mínimo eventual. Riquelme sale en persecución, y debe responder al delito de homicidio. Esta fiscalía entiende que resulta adecuada la prisión preventiva”.
En tanto, los abogados querellantes Ricardo Lamas y Virginia Lloudet negaron rotundamente que hubiera existido una situación de legítima defensa. “Es un fuerte enfrentamiento entre dos grupos armados, hay testimonios que indican que fue una emboscada. La persona que comienza la agresión lo pone en cabeza a Riquelme”, argumentaron. Además, frente a la apelación de la prisión preventiva, enfatizaron que “no nos podemos olvidar de la fuga del acusado, que hizo todo lo posible para sustraerse a proceso durante un año y ocho meses”.
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— sebastian_herrera (@sebagerh) marzo 16, 2015
Luego de haberse pronunciado las tres partes, la jueza Lurati resolvió rápidamente el planteo, confirmando la prisión preventiva de Riquelme. “No se va a otorgar ni libertad ni tampoco el planteo de morigeración de prisión preventiva. Respecto de lo planteado por la defensa, no están dadas las condiciones de prueba, por la cantidad de contradicciones de testigos, la necesidad de revisar el procesamiento en función de apariencia de responsabilidad. En este caso lo que va a haber es una valoración de la prueba que argumenten las partes y que luego el juez resuelva en la sentencia. No existe ninguna duda que permita poner en crisis las responsabilidad de un delito agravado por el uso de arma de fuego. Se discutirá cuando se eleva a juicio cómo fue el hecho, la calificación legal”, planteo la representante del tribunal unipersonal. La pena podría alcanzar los 50 años de prisión.
La magistrada concluyó que “el hecho que haya estado huida la persona durante tanto tiempo, coloca una seria probabilidad de que pueda ausentarse, de manera que la resolución debe ser confirmada en todas sus partes. No corresponde en esta instancia tratar el morigeramiento de la prisión preventiva”.
Por su parte, Juan Ponce, hijo de Mecha dijo que “está claro que los testimonios que dieron los testigos cuando mataron a Mercedes fueron valorados por la jueza, que fue quien lo procesó a Riquelme. Las pruebas están, así que se tiene que condenar. La pena puede llegar a los 50 años, y vamos a tratar de sacarle la mayor cantidad porque a mi madre no nos la devuelve nadie”.
La Mecha sigue encendida
Mercedes Delgado tenía 51 años cuando el 8 de enero de 2013 fue alcanzada por una bala al quedar en medio de un enfrentamiento entre bandas criminales que se disputaban el territorio en barrio Ludueña. “Sintió los tiros y salió a buscar a sus hijos” explican sus compañeras del San Cayetano, un centro comunitario que alimenta a más de 500 chicos en la zona oeste de Rosario. Mercedes era un personaje querido en todo el barrio, reconocida por su vocación de servicio, su simpatía y buen humor.
Desde el primer día, sus familiares, amigos y compañeros de militancia asumieron una lucha por justicia que no cesó en ningún momento en estos dos años, y que hoy más que nunca, cuando empieza a encaminarse el proceso judicial que resolverá la responsabilidad de los implicados, aparece potenciado y con el apoyo de innumerablesorganizaciones políticas y sociales de la ciudad.