La canchita del barrio, escenario de goles y gambetas, presta tambien su terreno para transas y balas. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Entre Boulevard Oroño, Biedma, Italia y Centeno, las bandas narco se mueven con impunidad. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Villa Moreno es un barrio de familias humildes y trabajadoras. Además de justicia y seguridad, los vecinos reclaman mejores condiciones de vida. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Sin políticas de contención del Estado, los pibes han quedado a merced de grupos narco que les ofrecen armas, dinero y sentido de pertenencia a la banda. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Salir de noche por el barrio dejó de ser una posibilidad para los vecinos. El horizonte está atravesado de peligros. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Villa Moreno es un barrio de familias humildes y trabajadoras. Además de justicia y seguridad, los vecinos reclaman mejores condiciones de vida. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
En el barrio viven aproximadamente 1000 familias. Las casas se expanden y acomodan irregularmente, asentándose sobre el trazado urbano original de calles. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Jere, Patom y Mono regresan en todas las paredes de Villa Moreno, evitando perpetuar la impunidad. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Los familiares de los militantes asesinados caminan con firmeza el sendero del reclamo de justicia por sus hijos. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Cada barrio es un mundo. Como en todos, en Villa Moreno los perros también son protagonistas del paisaje. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
La mirada de los pibes asesinados en Villa Moreno se clava en todas las retinas, desde todos los ángulos. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Aún con dolor, los padres de Jere, Patom y Mono no temen a denunciar el narcotráfico, la violencia y las complicidades policiales y políticas en el barrio. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Muchos de los habitantes de Villa Moreno son empleados de la construcción. Otros tantos tienen empleos temporarios o juntan su dinero recorriendo la ciudad como cartoneros. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Extrañar, pertenecer, habitar, irse. Jere, Patom y Mono resisten en la memoria popular de Villa Moreno. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Para sus compañeros de militancia, Jere, Patom y Mono son un motivo diario de trabajo y lucha. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
A un año y medio del asesinato de los pibes, ser adolescente en Villa Moreno sigue siendo tan o más difícil. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Que la impunidad y la corrupción no se naturalicen, reclaman los vecinos. Los pibes asesinados ya son íconos de resistencia. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)
Desde el primer día del 2012, en el Frente Popular Darío Santillán hay tres pibes menos. (Foto: Sebastian Suarez Meccia)